Jacques Lacan y el Maestro Zen

Publicada en el diario: “El Cronista Comercial”

Buenos Aires, Argentina – 1997

 

En la Enseñanza de Iniciación Psicoanálisis – Ocultismo

Jacques Lacan y el Maestro Zen

La Enseñanza de Iniciación Psicoanálisis – Ocultismo, que relaciona las teorías freudianas y lacanianas con la filosofía de las correspondencias al regresar de los Estados Unidos su director, licenciado José Luis Parise, ratificó la realización de Primer Congreso Internacional de la institución, los días 21, 22 y 23 de noviembre, en el Centro Cultural General San Martín.
A través de Nelly Raymond de la New York State Federation, Parise se relacionó con investigadores de la Universidad de Harvard de Boston, a fin de que concurran al evento. Según la licenciada Dora Bentolilla, de Nueva York, cuando Jacques Lacan introdujo el Psicoanálisis en Norteamérica, a raíz de las resistencias académicas, recurrió a otros campos como la poética y el surrealismo a fin de lograr poder desarrollar allí las teorías psicoanalíticas tanto de Sigmund Freud como las propias.
Parise considera que el psicoanálisis podría desplegarse tanto en los Estados Unidos como aquí recurriendo a prácticas no ortodoxas, llamadas vulgarmente ocultistas y a través de tradiciones como las del budismo zen, el I Ching y el taoísmo. Cabe agregar que Carl Jung, el discípulo disidente de Freud que exploró el “inconsciente colectivo”, estudió el lenguaje simbólico, los mitos y las prácticas de los chamanes indígenas.
Pensadores científicos argentinos como el profesor Mario Bunge niegan validez al psicoanálisis y al recurso del pensamiento mágico. Parise insiste en que la continuación del psicoanálisis se encuentra en el pensamiento y en las prácticas del denominado Ocultismo y que ese campo fue homologado por Freud (ver El Cronista del 11 de diciembre de 1996, nota Psicoanálisis y fenómenos) y también por Lacan.
En ese sentido, Parise recurre al Seminario 1: Los escritos técnicos de Freud, de Lacan, donde éste afirma: “El maestro interrumpe el silencio con cualquier cosa, un sarcasmo, una patada. Así procede en la técnica zen el maestro budista en la búsqueda del sentido. A los alumnos le toca buscar la respuesta a sus propias preguntas. El maestro no enseña ex cathedra una ciencia ya constituida, da la respuesta cuando los alumnos están a punto de encontrarla. Esta Enseñanza es un rechazo -concluye Lacan- de todo sistema. Descubre un pensamiento en movimiento: que, sin embargo, se presta al sistema, ya que necesariamente presenta una faz dogmática. El pensamiento de Freud está abierto a revisión.”
Parise considera que de esta manera Jacques Lacan, continuando a Freud, muestra como similares el procedimiento del maestro Zen con el del analista. Cualquier formación del inconsciente -explica Parise- tiene como matriz al Otro; pero a su vez ese Otro familiar, parental, tiene como matriz a lo social, que a su vez tiene como matriz a lo mitológico. Y, tal como demostró Freud no hay más allá del mito. Cuestión que se confirma y continúa en Lacan, quien sitúa que no hay más allá del discurso; y mito no significa otra cosa que, precisamente, decir.
Agrega Parise: “ese es el desafío que Sigmund Freud dejó, y que Lacan retomó parcialmente, en citas y articulaciones -respetuosas, vale aclararlo- tales como la homologación de la función del Analista con el Maestro Zen, donde el inconsciente pasa a ser entonces equivalente al campo de acción del Zen, disciplina que desde siempre entendió al Universo como interconectado y al sujeto como el que debe acceder a esa interconexión universal”.