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Pacto de Honor

Vanesa González Castro

 

 

Mi nombre es Vanesa y lo que voy a transmitirles por muchos años estuvo guardado en lo más profundo de mi corazón. Las primeras que conocieron este relato fueron mis hijas, Sofía y Yamila. Antiguamente estos relatos se transmitían de padre a hijo, de madre a hijas, de Maestro a Discípulo y hoy tengo el enorme Privilegio de compartirlo con todos ustedes.

 

Era la madrugada de los primeros días de Enero 1993,  en Uruguay, en la ciudad de Punta del Este. Disfrutaba un hermoso Viaje de Enseñanza de la Escuela E.D.I.P.O junto a Compañeros de Camino y el  Maestro José Luis. Festejábamos la Apertura del año luego de haber realizado toda la noche anterior el Festejo Iniciático del cierre de año.

 

Vale agregar que en aquellos tiempos viajábamos los 33 Compañeros de Camino que integrábamos la Escuela.

 

Mientras la Humanidad seguía dormida después de los Festejos de año nuevo, en Enseñanza continuábamos Celebrando la Vida, Danzando, llorando de emoción, riéndonos a carcajadas,  repletos de Energía cantando en la hermosa Fiesta que se Vive en Enseñanza.

 

Todos juntos fuimos a la playa en la madrugada incluido un pianito que llevaba el Maestro.

Nos abrazaba una noche azul impecable y profunda, las olas del mar curiosas se acercaban, las radiantes estrellas en el cielo se hicieron presentes también y dimos comienzo al Encendido de Fuegos artificiales.

 

“¡Dos cargas en una no! ¡Pónganlas todas! ¡No se las guarden!” La enérgica voz del Maestro se escuchó en toda la playa.

Pretender poner dos cargas en una no estaba permitido, porque era pretender que el 2en1 que se instala por primera vez en “la dulce espera” no es un problema. Pusimos entonces las cargas de Uno en Uno.

La Presencia es de Uno en Uno. El Camino es individual.

 

Un silencio penetrante invadió el lugar.

 JL nos hizo 3 preguntas fundamentales:

 

-¿Quiénes tienen Fuego?

-¿Quiénes no tienen con qué Encender?

-¿Quiénes tienen miedo de Encender?

 

Respondimos de Uno en Uno y los resultados fueron:

22 Compañeros de Camino contaban con qué para encender, y 11 nos retiramos 5 metros hacia un lado de los Fuegos, según indicación de JL. 

 

El 11, 22 y 33 son números Maestros, estos números tienen una vibración superior, son canales de enorme energía, y hasta en el resultado estuvieron Presentes.

JL  se situó cerca de quienes no teníamos con qué encender y desde allí filmó el encendido de los fuegos artificiales apuntados a la Constelación de Orión.



Desde aquí aplicaré los 3 Tiempos Lógicos que aprendí en  Enseñanza: Instante para ver, Tiempo para comprender y Momento para concluir.

 

 

Instante para ver: 

La señal que invocamos todos juntos dio comienzo al encendido fue “E.D.I.P.O 1, 2, 3“. Lo que contemplé en ese instante me hizo recordar con lágrimas en mis ojos al Génesis 1,3: Dios dijo: “Haya Luz” y hubo Luz

 

Fue Emocionante, Conmovedor lo que Sentí y Viví con la explosión de Luz multicolor  estallando en el cielo azul, la Magia se hizo Presente, nuestros rostros  iluminados, radiantes, reíamos, llorábamos y nos abrazábamos al mismo Tiempo!

 

Ese instante fue Extraordinario y Único! Luz por todos lados!

33 Compañeros de Camino  junto a JL  Brillando!

Y así fue que nos encontrábamos entrando a un nivel más profundo aún; para no extraviarnos en la era de la oscuridad necesitábamos aprender a usar las luces más potentes.

 

Estábamos haciendo algo Gigante. Algún día toda la Humanidad reconocería lo Sagrado y Transcendental en lo que hacíamos. 

 

Naturalmente muchos de nosotros creíamos que, después del Maravilloso Momento tan Brillante y Resplandeciente de los Fuegos artificiales que habíamos vivido, la noche concluía. Pero aún quedaba uno de los Momentos más Inolvidables de la Historia de la Escuela que Presencié y jamás olvidaré.

 

Tiempo para Comprender:

 

Eran las 5:15 hs de la madrugada y nos sentamos en la arena muy cerca de JL. A nuestro alrededor la noche estaba serena, ni un soplo de viento alteraba la quietud.

Con mucha sutileza nos decía JL:

-Esta luz es sólo para quienes Están Despiertos, para ver esto es necesario Estar Despiertos.

Los que están dormidos se pierden esto. Sólo quienes Están Despiertos lo podemos ver.

Algunos se despertaron por el Fuego o la Luz y se asomaron a ver. Otros se despertaron y algunos prefirieron seguir durmiendo.

 

Momento para Concluir:

 

Una tranquila serenidad envolvía la noche y nos dijo:

 

Yo les propongo un Pacto de Honor. Por primera vez uso la palabra Honor. Les he hablado de  una “Vida Honorable” pero hasta ahora  no del Honor. Les propongo un Pacto de Honor. Por eso a quienes estén dispuestos a Sostener el Pacto tomen un puñado de arena precisamente sobre la que están sentados como símbolo de lo que la arena representa: Abundancia.

 

Se nos dijo que coloquemos la arena en una botella en un lugar visible de nuestras casas para así tener Presente este Pacto, y que atendamos qué pasa con la botella, si se cae o se rompe, es a leer qué sucede entre nosotros y este Pacto.

Sepan que si la botella se rompe esto indica que el Pacto está en peligro”, si en algún momento estábamos a punto de romper el Pacto  que mirásemos la botella y recordemos ese Momento Mágico. JL ubicó que “quienes no estén dispuestos a cumplir el Pacto de Honor no tomen el puñado de arena”.

 

 

En ese preciso momento comenzaba el espléndido y cálido amanecer y nos acariciaban los primeros rayos dorados del Sol.

JL lucía una enorme sonrisa encantadora  y nos dijo con ternura:

-¿Saben la hora que es?

 

Quise responder pero no pude divisar la hora en ese instante porque mis lágrimas se habían pegoteado tanto con el rimel que llevaba puesto en mis pestañas y en mis manos tenía agarrado fuertemente mi puñado de arena que no quería soltar.

 

El Momento más Vibrante de mi Vida fue hacer este Pacto de Honor.

 

En este Lugar Mágico y Trascendental  juré en silencio que tarde o temprano daría testimonio de lo que aconteció ese día.

 

Después de 7 meses de ese Viaje inolvidable se me presentaron las piedras más grandes en mi camino y los bordes más difíciles que tuve que atravesar.

 

Cobardemente me alejé, tomé distancia y pasaron años, muchos años… ¡20 años!  

Tomar  distancia me enseñaron en el colegio cuando era niña para formar fila, tenía que tomar distancia para dar el Gran Salto y llegar al Otro Lado. Pero tomé distancia y me caí.

 

Fue el peor error. Yo suponía que cuando resolviera el problema retomaría la Enseñanza y es exactamente al revés, por caerme de la Enseñanza se me agrandó más el problema.

 

Fue así como me perdí por alejarme del Recorrido sin darme cuenta que después de bajarse del avión desde una altura increíble y a una velocidad incalculable es muy difícil quedar viva. 

 

Conocí la sensación aterradora de detenerse, de no avanzar, de achicarse, de ver la oscuridad…

 

¿Quién dijo que todo está perdido? La dulce melodía de Fito Páez acariciaba mis oídos.

 

¿Quién dijo que no hay luz?

 

Mi Luz aún estaba encendida. Con esa chispita de luz  pude caminar, caminé hacia adelante, un Paso  luego otro Paso, el viento me acariciaba, hermosa señal, recordaba  los momentos más Brillantes de mi vida que fueron  en Enseñanza y escuché la voz del Maestro diciendo: ¡Salgan de la cueva!

 

Las piernas me temblaron un poco. Dicen que los primeros pasos son torpes o tambaleantes,  pero no fue así para mí, fueron los más seguros y certeros que di.

Lo más difícil del Universo es a la vez lo más simple: Caminar dando Pasos Propios.

 

La importancia de mi Gran Borde fue la determinación de atravesarlo, de dar El Paso.

 

¡Hoy estoy Nuevamente en Enseñanza!

 

En mis Pasos hay una marca, una gran marca que muestra que estuve allí. Lograr Sostenerme en mi Deseo fue un arduo trabajo, un gran combate a realizar permanentemente día a día, minuto a minuto, bajo situaciones adversas. Se trata de un combate hacia adentro, un combate interno, combate para quien está dispuesto a convertirse en un Verdadero Guerrero.

 

Y  estoy dispuesta a Seguir Caminando a pesar de mis marcas, mis lesiones, mis manos firmes nunca vacilaron  en seguir Rasguñando las piedras.

 

Agradezco  los tropiezos y las caídas, agradezco mi valentía y mi fortaleza en Seguir Continuando este Recorrido.

 

Creo que somos muy pocos los locos que se derrumbaron del Camino y aún siguen levantándose diciendo:

 

¡Aleluya, Estoy en el Camino!

 

Mi puñado de arena de aquel enero 1993 aún hoy me acompaña.

 

Donde hay arena hay Enseñanza

Donde hay arena hay Luz. 

 

Entre las cosas hay una de la que no se arrepiente nadie en la tierra. Esa cosa es haber sido Valiente.

Jorge Luis Borges “ Milonga de Jacinto Chiclana”

Publicada el 17/6/2017