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Déjame Que Te Llame La Consentida

Tania Arzić Pérez

Cuando José Luis nos invita a ser parte de esta nueva aventura, para mí fue como si a un niño lo invitaran a Disneylandia, ¡yiajuuuu! , ¡claro que si, voy!, es una de mis pasiones escribir; pero de a poco la cosa se me fue poniendo color de hormiga.  ¿Qué cuento?, si me han pasado tantas cosas asombrosas desde que entré a la escuela; ¿qué cuento? , si para algunos será como cuando publicas en facebook : “hoy aprendí a freír un huevo “ (¿ya?! , y a mí qué – he llegado a pensar que esta reacción es la que falta entre  el “me gusta” y “me entristece”).

Entonces recordé cuando viajamos el 2014 al Plenario en Santiago, sabíamos que la lluvia se haría presente sin intervenir; se lo contamos a los familiares y a los amigos con tanto entusiasmo como quién va a embarcarse en un viaje a otro planeta; la reacción el  80% de las veces fue la misma: Deja ver cuál es el tema más a la mano que tengo para cambiar la conversación.  El día del plenario, a las 5:00 am aproximadamente las gotas en el techo nos despiertan; no cabíamos en nuestra felicidad, estábamos dentro de la nave y ocurría lo que “el volante de la agencia de viajes había publicitado: Lluvia sin intervenir, y el sol haciéndose presente”, en ese momento pensamos que distinto era vivirlo y no que te lo contaran. Nos levantamos a las 7:00 am, nos duchamos sin preocuparnos, sabíamos también que la lluvia pararía momentos antes de salir al Hotel donde J.L daría su conferencia. Cuando lo contamos a nuestro regreso sólo ocho personas se asombraron, el resto, hasta el día de hoy, sigue cambiando el tema. Este recuerdo, es el que trae a mi mente la etimología de Milagro: contemplar con admiración, con asombro o con estupefacción, entonces, me relajo porque me doy cuenta  que ésta, mi historia, es para aquellos, los que son capaces de ver el milagro.

Lo que elijo para contar, de antemano te aviso que al momento de escribir este relato, no ha llegado a su fin, lo que te cuento son mis pasos, importantes sólo para mi, vaya que “freír un huevo”, no es nada fácil tampoco.

“…de lo que se trata, es de un Camino que propone una Guerra. Una Guerra donde El Guerrero combate continuamente, todo el día, y aún –y especialmente- cuando duerme. El Combate es sin tregua, porque es contra el enemigo más nefasto, que jamás lo deja, pues está instalado en él mismo: su ser.

Más que nunca vale la expresión: ese Combate es a Vida o muerte. Y en ese Recorrido, cada vez que Desoculta algo de Sí Mismo que había permanecido Oculto; puede Encontrar en “eso” que Desocultó, algo más. Algo del Universo a lo que no tenía acceso, pues “eso” mismo se lo obturaba… La Alquimia Interior se continúa hacia el Exterior. En un continuo moebiano…”      El Viaje Iniciático – José Luis Parise.

Desperté con la certeza  de que aquél caldero con una tapa en la que estaba grabado el símbolo de La Escuela,  y que fue dejado por José Luis en mi puerta,   era  algo más que un simple sueño.   ¿Has tenido alguna vez de aquellos “avisos”, mensajes en los que sabes que hay algo más ahí ?.  

El 2016 fue un año difícil y gracias al Camino de la Magia, puede ir leyendo las situaciones  con las que me fui encontrando… pero antes de entrar en ese año, un rápido resumen del paisaje que recorrí.

Cuando en 2014 llegué a La E.D.I.P.O, tuve un sueño. Yo venía caminando por una calle oscura, por el medio de la acera, llegué hasta un banco de plaza donde me encuentro a José Luis sentado esperándome, le digo “disculpa por demorar tanto, gracias por cuidar mi equipaje”.  JL me mira, me pasa mi maleta y me dice: “La espera vale a que me invites un café”, ¡no hay problema! – Digo yo -¡tengo mucho dinero!  y veo mi billetera llena con moneda chilena y argentina.

Es imperioso mencionar aquí, que el dinero es algo que siempre me alcanzaba “justo”, es decir los happyhour, los cafecitos de boulevard, las salidas a cenar, no entran en  la psiquis de gente con “presupuestos justos”.

Entré a la escuela porque todo lo que le escuché a José Luis resonaba en mi cabeza como cierto y coherente. Desde pequeña supe que algo más allá de lo que veía y lo que me enseñaban había por ahí, no me conformaba con las explicaciones dogmáticas, cuestionaba que mi abuelita fuera a una iglesia con estatuillas; algo decía la biblia de no adorar imágenes, cuando estábamos enfermos hacía mandas para que sanáramos, lo extraño era que una misma tenía que pagar esa manda, me parecía raro tener que ir yo  a la iglesia porque ella lo había prometido –lo hacía con su más pura, tierna y sana intensión, pero no es a la intensión a lo que apunto-

Yo tenía como siete años cuando cuestionaba todo eso, pero tímida y silenciosa (muy tímida… muy silenciosa), sólo observaba.

La búsqueda de “algo”  estaba grabada en mi ADN al parecer.

Las cosas como las dictan los paradigmas –político – económico – científico y religioso, a mi no me cuadraban… yo sentía que algo más había y la magia, siempre me atrajo. El problema de esto es que entre tanto cuento de princesas Disney, Harry Potter y otros símiles, lo que el normal de la gente entiende por magia es: Problema, Varita, Movimiento de la mano en el aire, Solución (rayo y efectos especiales de por medio).  Y cuando digo, “lo que el normal de la gente”, me incluyo, es decir en mi imaginario pensaba que aprendiendo magia, aprendería a decir palabras que trajeran lo que yo quisiera y con un movimiento de la varita o de la mano,  suaz!  Podría convertir en sapo a unos cuantos, hacer florecer los árboles, hablar con los pajaritos y ratoncitos cual Cenicienta.    

Pero todo mito, cosas ciertas trae.  La  Palabra Imperecedera (y dejo esto sólo como un “spoiler” de una película que aún se escribe en esta mi encarnación)

Es la Presencia  innegociable. Y eso es lo que vine a aprender y eso precisamente es lo que a todos nos cuesta trabajo. ¿Estoy yo en esto?  Para estar presente en mi vida, debo saber quién es ese que está ahí… Es un camino intrigante, interesante y acepto avanzar…

Fui una más de quienes leyeron El Secreto, con miras a mejorar la vida y como no entendí un carajo, me compré “El Secreto tras El Secreto” con esta sí que la hago me dije, esto ya era otra cosa, claro que sí ¡!!

Ahí podía leer  ejemplos y con eso ya podía aprender mucho más.  Me gasté tantísimo dinero en “haz ahora eso que harías si tu sueño se hiciera realidad”, ¿Qué acaso la autora del libro nunca pensó en los que  queríamos ganarnos la lotería?…

Por supuesto, yo alumna  esmerada cumplí con aquella consigna, tenía que “demostrar” que era cosa de ser positivo, verme y sentirme millonaria  así que invité a toda la familia a cenar a un restaurante, pidamos sin restricciones, no se preocupen!!! – dije-

Yo ya estaba celebrando anticipadamente ese boleto premiado!  Oh! mi dios! (No es la autora del libro la idiota… pero hagamos que sí,  total este relato es mío)

Nuevamente siento lo de siempre: Esto no funciona ¡Bah!  ¿Qué estoy haciendo mal? me preguntaba.

 

Es de un terrorismo económico y social  promocionar eso sin otro apoyo que decirte: Dilo y ya está.  Conozco demasiada gente que cree que diciendo “hecho está”… efectivamente lo está.  Yo les miro en lo cotidiano y la verdad es que tienen un desastre familiar, amoroso, económico, de falta de salud… o todos juntos. Muchas veces quisiera preguntarles ¿de verdad no te diste cuenta que nada cambió después que dijiste “hecho está”?, ¿pero de verdad no lo notaste?… : Bueno, es precisamente este cuestionamiento el que hizo que me alejara de mi grupo de meditación , la cosa no encajaba, por pura lógica. Eventualmente ocurrían algunas sanaciones pero esos “sanos” a la semana siguiente algo más les pasaba, o bien algunos no sanaban nunca. Nuevamente la situación me hacía “ruido”.

No había coherencia.

Muy en el futuro de estos hechos,  yo resolvería que sí hay un momento en el que puedes decir “hecho está”,  pero es cuando ya sabes que hiciste en cada caso, lo que dijiste ibas a hacer, que no te traicionaste y que fuiste ético, pero me estoy adelantando. Volvamos a la historia.

Desilusionada, pero en constante búsqueda me mantengo siguiendo a mucha gente en internet,.  En la psicosis del 2012 y los mayas,  busqué mucha información;

¿Qué fin de mundo…ni que ocho cuartos!!?  Decía yo,

Pensé que la explicación debía ser otra… Y es ahí donde encuentro un video en el que José Luis Parise explicaba lo que astrológicamente estaba por  ocurrir y lo que los Mayas habían dejado escrito en lo que llamaron Profecías Mayas. Vi por lo menos 5 veces ese video para ser capaz de contar lo que allí  JL explicaba y así decirle a la gente que la cortaran con la tonterita del fin del mundo. En aquellos años, yo la jugaba de salvadora de la humanidad, por eso “debía” decirle a la gente la “verdad”.  (Que agilada)

De a poco y con la constancia de seguir a los mismos por las redes sociales, noté que fueron todos “pillándose la cola”,  todos menos Parise, quien me hizo explotar el cerebro con algo tan evidente pero que ni se me había ocurrido: “no importa cuánto sabe el maestro, saber saben muchos, al Maestro mírale la vida”. Encontré en PDF su libro  Casualizar, los 11 Pasos de la Magia, lo descargué y comencé a leer, hacíamos competencias con una amiga respecto a quien iba más adelantada, ya desde el paso 6 en adelante dejé de entender y llegué a leer hasta el paso 9  pero a esa altura, sentía que necesitaba que alguien me explicara para poder avanzar.

Entonces, mi mente inquieta se pregunta:

¿y este gallo no vendrá de repente a Chile?  (no se me ocurriría ahora, que he conocido su maestría, volver a preguntarlo de la misma forma… ajajaja, qué vergüenza – manteniendo las infinitas distancias, ¿trataría usted a Buda amistosamente de “este gallo”?… no pues!! que bochorno )

Ante tan iluminada pregunta, voy a Google a buscar: “conferencias José Luis Parise en Chile”,

y  aparece!!!  Yes!!!! Aquí está!  Sí!  Wooow,

Conferencia Santiago de Chile 2013, casi llegué al techo de alegría…  
Pero alto! Alto! Había sido la semana anterior a mi consulta… pfff  mal

Entonces decido no perdérmelo la próxima vez y registro mi correo en un link que encontré en la misma información.

En abril de 2014 llega a mi casilla de correo un mail avisando de un Plenario que se realizaría en México,  pero también se podía ver online; de inmediato le escribí a quien aparecía firmando – Damián- para resolver mis dudas  e inscribirme.  Pregunté si como era online podía verlo más gente junto a mí y Damián dijo no.

En la tarde cuando me encuentro con Cristian, mi compañero, le digo:

Amor, hay un plenario de José Luis Parise, es en México y se puede también tomar online, es individual, yo voy a tomarlo, así que ese día no puedes venir. (y le explico)

Cris, que también seguía a Parise en las redes, se entusiasmó y dijo que él también iba. Nos inscribimos los dos.  

Había también en ese mail algo llamado “3+1” que no entendí muy bien,  y  supervisión por JL.

No sé qué es, pero también quiero eso –dije-.

En la primera clase de “eso”  nos explican que lo primero que debemos definir  es un resultado que sea conmensurable, algo imposible y que quieras conseguir con magia.

-Así que vayan pensando -dijo Damián- , la próxima clase lo deben tener claro.  

Listo –dije- Lo tengo, ya sé cuál es mi resultado imposible

Cristian me miró levantando una ceja… ¿yaaaa? , ¿tan rápido? , pero si acaban de dar la instrucción.

Sí!  “Vender doscientos mil pesos de chocolates en un mes”.  

Hacía un mes atrás había inventado rellenar unos chocolates para un regalo muy especial y me quedaron re buenos.

Se me ocurrió que además de mis dos trabajos,  si me dedicaba a confeccionar y  vender chocolates podría juntar el dinero para no quedar “justa” a fin de mes.  Entonces, la magia estaría en ganar esa plata y que el tiempo para hacer todo me alcanzara.

Aplicadita con lo que iba aprendiendo le pongo brillo a mi producto, nombre, marca, diseño, página web, jugué a entender lo que era El Mercader… y a brillar vendiendo mi producto.  (aún los confecciono, son deliciosos y usted me puede contactar si desea probarlos… jajaja)

Me sorprendí una mañana cayendo en cuenta que “El Resultado”, no era más que un pretexto  para escribirme. Bueno, es preciso aclarar que esto no me vino así como un rayo divino de iluminación, de por medio estuvo el Diagrama de Pierce, entenderlo (para eso recorrerlo y frustrarme porque era complicado. Y con alegría noto cómo acá escribo “era”)

Bueno, ya sólo pensar eso fue toda una revelación. ¿Por qué puse eso como imposible?, cuando eso, lo de los chocolates, ni era tan imposible y  ni siquiera es el sueño de mi vida. Empiezo en este camino a descubrirme como Sujeto, nadie te lo pide de entrada, pero una no es nada de gil (o sea no siempre  jajaja)…

Ah! Mira!, de esto se trata, me dije a mi misma. (mish… que astutillo José Luis)

Me descubro: Consentida, la primera nieta, la primera hija, mimada, la mayor, la que debe hacer todo correcto a la que no retan nunca porque siempre alguien la protege. Cero tolerancia a la frustración!   Por eso elijo ese resultado, ese resultado nada arriesga.  Me mantengo en mi zona de confort. (Es  en ese momento que cambio mi resultado a uno realmente imposible en la fecha en que lo digo, pero  eso no es parte de la historia de este relato, se los dejaré en suspenso para otra ocasión; Sí, como Las Mil y Una Noches)

Llegó un momento en el que ya entendía los pasos del método y había una lógica  perfecta en que fueran en orden, pero había algo en mí que me hacía andar picoteando pasos a tontas y a locas pues la verdad es que era clásico en mí querer hacer todo a mi pinta.

Debo reconocer que había una cobardía en avanzar a pasos que no sabía dar. En mi familia no se discutía; ningún tema era llevado al debate o confrontación, “no se habla de política o religión” nos decían. Para manejar las relaciones de pareja me enseñaron: “di siempre que sí, no discutas, luego haces lo que tú quieras. Así se mantiene una buena relación”. Al ir aprendiendo lo estructural del universo, sabía por todo lo que la historia de los iniciados nos dice, que tarde o temprano había que vérselas con la traición, con negociar eso a lo que me dirijo, con responder ante la falta en el otro y no dejarla pasar para luego alejarme sin discutir. Todo esto implicaba mi gran terror: “hablar”, El tema era ser capaz de responder el golpe y no caer knock out o salir arrancando como una rata. Quedemos claros en que nunca salí arrancando de alguna situación, pero sí me distanciaba sin mencionar aquello que no me pareció correcto, pero para efectos reales, salir arrancando o caminar lentamente haciendo mutis por el foro, es lo mismo.

Me puse ciertos referentes que respeté y respeto: Prohibido sentir miedo, prohibido disfrazar una respuesta para que no se enojaran conmigo. Descubrí que discutir no está mal si consideras los dos polos. Aún no está aprehendido, pero trabajo en ello. Las palabras de JL : “lo bloqueado regresa casualizado” se transformaron en guía para el camino. Nunca más me permití, en las situaciones que tenía claro mi norte, dejar de bloquear lo que no quería en mi vida. Pero no siempre la tenía tan clara. Pequeñas gotas de magia aparecían en lo cotidiano, comencé a entender porqué muchas veces hice magia sin saber lo que estaba usando. Pero los pasos, seguían siendo un lio hacerlos en orden y por lo tanto, no llegaba a puerto. El paso dos, invocar me lo saltaba como si me hubiesen dicho que eso era un ritual, aunque sí revisaba estar haciendo bien los otros. Que torpeza.

Invocar implica hablar con claridad y qué difícil para mí. Finalmente, luego de dos años (octubre 2016) me dejé de pavadas y acepté ante mi misma que yo y el paso dos no estábamos teniendo feeling. Empecé a invocar, cada invocación más distinta que la del día anterior, totales desvíos… pero por lo menos ya había tomado las riendas, sentía que no salía aire con el cual pronunciar palabras, me esforzaba en hacerlo bien, nadie me escuchaba, sólo yo y me sentía tonta, para qué decir una cosa por otra.

Recuerdo que entraba en paso siete, con mucho entusiasmo: las técnicas, trabajar en mis sueños, las casualidades, pero las cosas no se daban como yo quería. En cada clase con JL, cada vez más, comprendía que el paso siete estaba en la segunda mitad de método y mal podía estar yo en segunda mitad si en los primeros pasos hacía cualquier cosa. Me sabía desordenada e indisciplinada.

El año 2016 comienza a las mil maravillas,  las grandes jefaturas eligen como encargada de la unidad donde yo trabajo a una persona que les pareció tenía las competencias para el cargo. (La llamaremos  de aquí en adelante, cariñosamente, Caprichito).

Con uno de mis compañeros de trabajo, al que llamaremos Jorge – porque así se llama- estuvimos muy  contentos con su llegada ya que ella más que nadie conocía nuestro trabajo. Pensábamos que  esto era fabuloso  y yo que en La Escuela aprendía de la estructura del universo, me pensaba nuevamente excepcional (la regalona hasta de los dioses). Tal como lo pedía secretamente en mi mente, avanzaba lograba crecer y aprender más cosas de mi persona pero no me estaba cruzando con la traición ni con los problemas.  Sentía cierto alivio de no tener que dar pasos distintos a los de toda la vida.

Había si una pequeña dosis de inquietud en mi observación, mirando al horizonte, el  paisaje se veía radiante, buen viento, buen clima, el viaje se anunciaba placentero, feliz y afortunado sobre todo. Me preguntaba, en esta inquietante calma y habiendo aprendido de  tantos de personajes claves durante dos años en La Escuela, si ni Cristo ni Buda se habían ahorrado la traición en su avance hacia la iniciación… o era yo muy re fantástica (más que ellos)  que me podía escapar de la estructura universal, o (música dramática)  había algo que se venía y yo no estaba considerando.

Volviendo al tema con Caprichito;  como mencioné, ella conocía muy bien mi trabajo, sabía de mi entusiasmo y pasión por lo que hago, sabía de mis proyectos incluso uno de ellos me lo pidió para revisarlo y proponerlo a las autoridades, me trataba muy cariñosamente y  con su llegada yo empecé a pensar que podríamos crear muchos proyectos más.

Yendo más allá de lo que me gusta hacer  y porque quería seguir creciendo en mi camino interior, consideré lo que ya había descubierto de mi psiquis: que no discuto porque me enseñaron a no hacerlo, que me apuro, que no termino las ideas y que en resumidas cuentas, si me puedo evitar el hablar, lo hago con mucho gusto. Celebré  la llegada de internet a lo cotidiano pues los correos electrónicos y las redes sociales “solucionaron” mi vida (já!) porque todo lo podía hacer sin hablar, todo por escrito, era genial también eso para la correcta dosis de sarcasmo, tan necesario en estos tiempos. (y en todos los tiempos – je je)

Empeñada en crecer como decía,  apunté mis flechas a decir verbal y ordenadamente las cosas, así que  me animé a ir a hablar con Caprichito para pedirle que se aumentara mi grado en mi contrato, lo que implicaría un mejor sueldo además de valorizar mis 16 años  de servicio, sabiendo que además iba a contratar a más personal y argumentando con que ella conocía la calidad de mi trabajo. Me recibió muy amable, y ante mi petición dijo que encontraba absolutamente justo lo que yo le estaba planteando y que contara 100% con que eso ella lo solicitaría a las jefaturas.  Que de ellos dependía aceptarlo, pero por ella no había ningún problema.

Comenzaron a llegar los nuevos, un desfile de grados superiores a todos los que ya estábamos años trabajando en esa unidad.  A los tres meses me di cuenta que ella me había traicionado, jamás solicitó mi subida de grado, sin embargo las dos veces que yo le solicité nuevamente que mantuviera lo que ella había dicho que haría, culpó a las jefaturas indicando que ellas estaban solicitando de mí más trabajo y compromiso y que según eso, veríamos el tema de mi grado.  Ella insistía en que debía esperar hasta mitad de año ya que querían observar mi desempeño.

Decidí, poniendo más cuestiones a mi hacer, ir  a hablar con aquellas dos jefaturas aludidas y que  mi jefa mencionaba como las “trancadoras” del asunto. Mi argumento con ellas  fue que consultaran a mi anterior jefe respecto a cómo había sido mi desempeño durante los años pasados para que consideraran ya por fin subir mi grado. Ambos dijeron no estar al tanto de lo que les contaba y que nunca se había solicitado mi ascensión.

Mi apuro con que esto ocurriera radicaba en que – ya les mencioné, trabajo en dos lugares-  En el otro trabajo, confiada en la palabra que me diera Caprichito, a comienzos del 2016, decido renunciar a ciertas cantidad de horas y me quedé con lo mínimo, esto después me pesó por dos razones. Primero me faltó dinero todo el año   (ya no era que me alcanzaba “justo”)

Segundo, había una situación que me molestaba en ese trabajo y con el paso de los meses me di cuenta que no fui capaz de disolver eso que no me gustaba, no hablé con la persona que me desagradaba, simplemente me alejé de ella, pero perdí un año de haber aprendido  qué hacer si nuevamente me encuentro ante una situación similar, en pocas palabras preferí el no enfrentamiento para no generar conflictos.

Con Caprichito todo fue de mal en peor, generó un pésimo ambiente laboral, contrató a un encargado que era un pedante y que jamás se equivocaba según él. Al comienzo todos los antiguos lo comenzamos a ayudar cuando cometía grandes equivocaciones protocolares, entendiendo que él era nuevo y no tenía porque conocer los “modus operandis”,  arreglábamos sus  errores para ayudar al trabajo en equipo, pero luego vimos que se estaba aprovechando,  que ninguneaba todo nuestro trabajo y hacía como que sabía de qué  hablaba y no tenía idea de las áreas, del lenguaje técnico, culpaba a los demás de sus errores y se colgaba de lo que los demás hacían bien, es importante agregar que en este periodo aparecieron zancudos en mi casa, nunca antes había pasado, ni para el aluvión que el 2015 azotó la región. Lo tomé como señal.

En resumen: todo mal.  Se formaron dos bandos  y uno por uno todos los antiguos, sin ponernos de acuerdo,  llegamos a pedir hora con El Jefe para hablar de lo imposible que era trabajar ahí. Algunos solicitaron cambio de área y se fueron a otros campus. (El mencionado Jorge entre ellos)
Tanto desfile de descontentos, obligó a generar una reunión con todos los de la unidad, donde El Jefe nos da un respaldo a los antiguos, indicando que nuestro trabajo era bueno, menciona también su confianza en los nuevos y que él quería que nos mantuviéramos en la unidad y que trabajáramos en equipo.

Ya no sabía qué más hacer y ni siquiera sabía si estaba en el camino correcto. En el paso siete te asistirán fuerzas superiores dice El Método y yo quería que esas fuerzas me ayudaran, me sentía cansada la verdad, no dejé de dirigirme a encontrar en qué estaba fallando, no podía detenerme si quería el favor de los dioses, pero me sentía perdida.

El día del sueño del Caldero, llegué a mi trabajo de cabeza a buscar en internet qué significaba eso… y cuál fue mi sorpresa al ver que es un hexagrama del I-ching, y José Luis lee I-ching Iniciático.  En lo que encontré, había mucha información a medias, faltas de profundidad, así que busqué un PDF del I Ching original.

Conforme iba leyendo el hexagrama N° 50, mis ojos se empezaban a parecer a huevos fritos de puro asombro. Dije : pero si esto es exactamente lo que ha estado pasando. La hice! Pasé la primera mitad de método. En ese instante, más que lo que estaba pasando con el caso, mi felicidad era haber avanzado. Además, ya había desocultado que no importaba cuánto ganara, siempre me iba a alcanzar “justo” si no solucionaba en mi lo que originaba eso.

Me vi en paso Siete! Haberme dirigido a ir más allá de mi zona de confort,  haber considerado estar actuando siempre desde el método, el sueño me estaba dando una señal clara con un mensaje  que me permitía decidir mis pasos futuros de acuerdo al escenario. Por fin iba en orden.

Sentí que avanzaba acompañada, que JL  estaba ahí con ese mensaje y ante tanto aparente fracaso para resolver la traición,  por fin había un faro en el camino.

En una segunda lectura –muy conmovida – vi que efectivamente,  cada uno de los párrafos se asociaba perfectamente a cada una de las etapas más significativas del caso Caprichito. Los dos últimos párrafos hablan de fortuna a futuro, y de acuerdo a mi lectura de los hechos, en diciembre 2016, yo me encontraba en la penúltima

“El caldero tiene unas asas amarillas adornadas de anillos de oro. Habrá ventaja en mostrarse firme y correcto”

Como todo oráculo, más si es iniciático y doblemente más si el mensaje viene de JL,  yo podía,  al interpretarlo, tomar decisiones respecto a mis próximos movimientos.  

Los dos últimos párrafos me hablan de fortuna, y  en la interpretación hay un consejo:

“El gobernante cede su poder y virtud a quienes se encuentran bajo su autoridad. Una cooperación producirá felices resultados. Sigue siendo necesario perseverar”.  

Al interpretar estas líneas como el momento en que La Jefatura nos llama a todos a reunión y nos pide trabajar en equipo, El Caldero presagia fortuna pero pide perseverar,  entonces decido  crear una propuesta para un mostrar cada 15 días a un músico de la región en el canal interno de la universidad  y con un compañero del equipo antiguo nos pusimos manos a la obra preparando el piloto que estará en los escritorios de las jefaturas la primera semana de marzo 2017. Está re lindo! y luego que lo aprueben, lo podrás ver en mi canal de youtube también.

Hasta aquí llegan los hechos y confío en mi dirección. Sé que quisieras que la historia tuviera un cierre con final feliz (el que ocurrirá pero que no te puedo contar hoy), sin embargo ya es un final exitoso si miras al Sujeto.

Este es Mi Camino, no te digo que sea el verdadero para ti, sólo te digo que es el que trae Verdad a mi vida;  es ese “algo” que me faltaba, eso que busqué tanto, quejándome infinitas veces porque los maestros se negaban a aparecer.  Cristian decía que ningún maestro quería cruzarse en mi camino porque mi testarudez no era soportable – eso es absolutamente falso – (aquí carcajadas en of de mis mejores amigos)

Gracias a La Enseñanza, me desoculto cada vez que me enfrento a algo;  me transformo en Sujeto, a eso vine. Desde hace un tiempo, visto mi traje de Presencia – ese que soñé con pequeñas estrellitas de plasma plateado adornándolo- aquella que me mantiene alerta de: ¿es eso que estoy actuando mío o alguien lo puso ahí?   y no digo que vaya todo maravilloso, porque aún no llego a la cima, digo que cuando lo que ocurre no va en dirección a mi ruta trazada , reviso en mi interior qué es lo que atrajo eso. Las cosas ya nunca más son culpa de lo externo.  No he llegado, lo sé, pero el camino hacia Iniciarse, hacia Fundarse no puede ser tan breve como mis cortos 33 meses en La Escuela; Cristo se pasó años aprendiendo de la cultura Tibetana, Buda se pasó otros tantos años persiguiendo la iluminación, José Luis se pasó 14 años (14 horas por día) estudiando todos los escritos sagrados del planeta… O sea, que yo aún no llegue es bastante normal, más aún con este estado físico-mental manipulado por mi yo desde hace 51 años, es bastante meritorio haber llegado por lo menos a la ladera del Monte. Esta es la montaña que yo vine a subir, la que integra con sentido total todo lo que anduve picoteando por ahí, la que ordena y la que transforma objetos en Sujetos. ¡Eso es Mágia!  Se acabó la búsqueda, ahora y hasta el fin de esta encarnación a caminar El Otro Camino.

Tres días antes de terminar este relato, me sorprendió ver una “danza” en el cielo.

Conozco de memoria el sonido de los aguiluchos, porque el Águila es el animal de poder de José Luis,  entonces cuando aparecen les pongo mil por ciento de atención.

Estaba en medio de la calle, a cinco cuadras de mi casa y escuché aquél sonido tan familiar, miré al cielo: Había uno, nuuuuu…habían dos…y había un tercero, pero éste, notoriamente más pequeñito… Los aguiluchos padres le estaban enseñando a volar con maestría, daban vueltas, hacían piruetas, giraban y chillaban, cada vez más alto, los seguí con la vista hasta que se perdieron tras los cerros.  Que maravilloso entramado que me pone justo ante una escena tan única y que para mí es en lo simbólico: José Luis y Marcela, enseñándonos a todos los Estudiantes de La E.D.I.P.O el vuelo que fascina a Dios.

Copiapó, 10 de febrero de 2017

Publicada el 8/7/2017