Todos nos hemos sentido frustrados alguna vez porque hemos querido hacer algo que “no nos sale”. Tratas de hacer algo desafiante, pero te tropiezas y te caes. De ahí en más, el humano se siente justificado para rendirse y no volver a intentarlo nunca más. A fin de cuenta, ya probó y le fue todo mal, ¿no?

La Enseñanza tiene Respuesta, y en particular, JL me la Enseñó a través de una escena perfectamente cotidiana en la que le transmitió Claves de Iniciación a Thomy, su hijo mayor, que en aquella época debía tener unos 10 u 11 años. De hecho, la escena me marcó tanto que la evoco en mi mente muy a menudo y es uno de los momentos a los que más recurro para reorientarme cuando las cosas no me van bien.

Corría el año 2019; JL, Marcela, Thomy y Luzyo se habían mudado unos meses a Europa y, como colofón triunfal de ese periodo, organizamos un Viaje de Escuela a una masía catalana durante unos días. Tuvimos Momentos continuos con más de 30 participantes de la Escuela procedentes de todo el mundo. Fue muy intenso, y dio para Actividades semanales, Momentos Más Allá de lo Prepactado muy profundos, Fiestas de Enseñanza, ¡y mucho más!

El Momento al que me refiero fue después de jugar todos juntos un partidazo de fútbol. En una de esas, Thomy quiso tirar un gol a puerta, pero dio con la pelota en el palo. Haber fallado le sentó mal, y se le notaba en la cara. JL, al darse cuenta, se llevó a Thomy a un lado y le estuvo hablando. El efecto en Thomy fue notorio, porque de notársele lloroso pasó a estar tranquilo y confiado en tan solo unos minutos.

Quienes nos fijamos en la situación nos quedamos sorprendidos. ¿Qué le habría dicho JL para reencauzar la cosa, y hacerlo tan rápidamente? Más tarde nos enteramos. 

Durante el siguiente Momento (en el que también estaban Thomy y Luzyo), JL hizo el espacio para destacar la Respuesta que había dado Thomy, usando lo que JL le había Enseñado, ante la frustración que le había surgido después de fallar el tiro a puerta. 

—Ahí donde lo ven, Thomy se quedó en el campo después del partido y dio 100 tiros a puerta hasta que logró hacerlo tan bien como quería. Esa es la marca de un Guerrero.

Thomás había librado su propio Combate Interior para atravesar el límite. No se justificó rendirse, no hizo combate hacia fuera con pataletas por haber fallado, ni esperó a otro momento en el futuro. Se entrenó todo el tiempo que tuvo que hacerlo hasta llegar a su meta, tirar a puerta y acertar de acuerdo con lo que quería hacer.

En efecto, no es un problema fallar, y todos tenemos tropiezos en el camino. La obligación de cada quien que tomamos este Camino es levantarnos de nuevo y continuar dirigiéndonos al Adónde que por Método hemos decidido para tomar la causa sutil por la que fallamos.

Esa misma Enseñanza, que aprendí de la Educación que JL les brindó y brinda a sus hijos, es la que me llevo conmigo todos los días. Tiempo después la reconocí en los Libros de JL, donde desarrolla y Metodiza con exactitud esa Clave de Enseñanza. Clave que consiste en generar una o todas las situaciones que sean necesarias para dirigirte a tu Adónde de Guerrero.

Ah, que ¿en qué Libro se desarrolla esa Clave? Tendrás que dirigirte por ti mismo y leer la Obra de JL, una o todas las veces que sean necesarias, hasta que encuentres lo que has dicho que quieres encontrar. Seguro que habrá cosas que te turben en el proceso, pero ten por seguro que te maravillará lo que encuentres si sigues avanzando.

 

Ramsés Narciso Cabrera Olivares