Tal vez uno de los obstáculos más comunes ante el que uno se encuentra en estos tiempos cuando se le presenta una propuesta, una posibilidad, una idea que le resulta interesante y le seduce realizarla o cualquier cuestión que exigiría dedicarle tiempo a eso, sea precisamente la falta de tiempo. “No puedo, no tengo tiempo…” o “cuando tenga tiempo voy a…”, suelen ser de las frases más usadas con que alguien evita comprometerse con lo que le gustaría hacer, pero que se escapa de lo “necesario” o habitual en su cotidiano.

A principios de febrero de este año, cuando José Luis Parise – director de la Escuela E.D.I.P.O. – nos propuso a un grupo de compañeros que recorremos en la Escuela, que quienes quisiéramos realizáramos las charlas introductorias hacia la Jornada “Cervantes y Borges Esotéricos * Iniciación para Todos”, me encontré en una de esas situaciones que describí antes. Mientras expresaba mi entusiasmo y euforia por la diferencial oportunidad anunciada, en simultáneo surgían en mi mente planteos parecidos a: “Pero ¿cómo voy a hacer? ¡No tengo tiempo para eso! Mejor que lo hagan otros y yo acompaño las veces que pueda, en estas semanas tengo que hacer un montón de cuestiones del trabajo, preparación de la actividad de Enseñante que estoy por brindar y otros compromisos que todavía tengo que cumplir”. Y, tal como lo ubica uno de los Principios de la Magia: “como es Adentro es Afuera”, el Afuera no tardó en mostrarme en espejo lo que estaba Adentro: “¡Hay que hacer urgente los grupos de quienes vamos a presentar, no tenemos tanto tiempo!”, manifestó un compañero.

Me veía arrinconado entre mi deseo de realizar esas charlas introductorias y lo que necesitaba hacer en esas semanas por lo cual “no tenía tiempo que pudiera dedicarle a la preparación de las charlas y a brindarlas”;encima mientras más tiempo dejaba pasar, menos posibilidades de integrarme a los grupos correspondientes. Tenía que tomar una decisión, y rápido. Detecté la dialéctica ante la que me encontraba, sobre la que tenía que decidir: Necesidad/Deseo… respecto de lo cual, el factor “tiempo” surgía como la cuestión con que justificar la decisión que mi yo me dictaba. ¿Iba a dedicarle tiempo a lo que quería hacer e ignorar lo que necesitaba realizar en mis otras actividades? ¿O tenía que dedicarle el tiempo a los compromisos que necesitaba cumplir y resignar a mi deseo?

Gracias a lo que La Enseñanza nos Enseña que nunca hay que hacer cuando me encuentro ante una dialéctica, estoy advertido de que: si tacho uno de los polos, sea cual sea, la situación tiene destino de NI-NI, ni va funcionar lo del polo que tache ni tampoco va a funcionar lo del polo que haya elegido, ya que, al hacer eso ambos polos son absorbidos en un foco inferior donde el polo tachado incide negativamente en el polo elegido y la cuestión queda en NI-NI. Entonces, considerando que lo similar cura a lo similar, ante ese NI-NI del que estoy advertido, armé un Foco Superior donde el desafío era no tachar alguno de los dos polos y atender a ambas cuestiones: lo que deseaba hacer y lo que necesitaba hacer. Es decir, NI tachar un polo NI el otro polo, sino Generar un Foco Superior que Integrara ambos polos.

A su vez, esto me llevó a reconocer en mi historia diferentes situaciones en las que me las tuve que ver ante la misma dialéctica, y que siempre había elegido la vía que mi yo supone “segura”, la de priorizar lo que necesitaba y/o debía hacer, y postergar o desistir (“tachar”) lo que deseaba.

Tenía que ahora generar una respuesta diferente a lo que en mí me surge automáticamente, lo cual me generaba incertidumbre de qué podía pasar, miedo de no concretar lo que tenía que hacer en mi trabajo y en mi actividad de Enseñante, hacer un desastre en las charlas por pretender abarcar más que lo que mi yo puede, etc. Decidí ponerme del lado del Foco Superior, convenciéndome de que si yo me dirigía a ese Foco Superior, de algún lado iba a venir o iba a generar, casualidad mediante, lo necesario para lo que quería hacer, también si eso necesario fuese “tiempo”; así que, me integré a uno de los grupos de quienes brindaríamos las charlas introductorias y me aseguré de no perjudicar lo que tenía que hacer en otras áreas de mi vida.

¿Resultado final? Logré Generar tiempo para hacer lo que deseaba hacer sin que eso signifique perjudicar otras áreas de mi vida. Y fue para mucho mejor, como aquí lo conmensuro:

  • Brindamos dos charlas introductorias hacia la Jornada “Cervantes y Borges Esotéricos * Iniciación para Todos” a casi 300 participantes en total.
  • En la actividad de Enseñante que dimos con otra compañera que también recorre en la Escuela, hubo participantes de ocho países de diferentes continentes (algo muy superior a lo que podíamos imaginar desde antes) y creciendo las cantidades mes a mes.
  • Generé un nuevo espacio en mi casa desde donde transmitir las actividades que brindo, incorporando incluso una nueva computadora y accesorios mejores.
  • En mi trabajo me propusieron, y acepté, la función de coordinador del área, lo cual me aporta crecimiento también en mis ingresos de dinero.

Cómo lo hice y las cuestiones que surgieron durante esos dos meses, son relatos que también me encantará compartirles en un próximo escrito que tendrá que ser tan extenso como este.

 

Máximo Rosanigo