Puede parecer que hablar de inteligencia es cuestión reservada a los test que evalúan el coeficiente intelectual de alguien, según lo que “los expertos” han decidido respecto de las respuestas más o menos acertadas a aquello que consideran hace a la inteligencia de alguien por su habilidad y capacidad de respuesta ante los retos que el test plantea. En función del dato obtenido con la “plantilla correctora”, se muestra y demuestra el coeficiente intelectual de la persona en cuestión.

Así viene siendo en nuestro mundo occidental y científico. El “tanto tienes, tanto vales” es perfectamente aplicable, también, a la inteligencia.

Sin embargo, el Universo no se reduce a pruebas que marcan lo inteligentes que podemos ser, puesto que existen otras variables que no se tienen en cuenta precisamente porque no son conmensurables con el saber de los números ni de las letras. Me refiero al Universo Sutil que habita en cada uno de nosotros que mantenemos con la puerta cerrada cada día de nuestras vidas porque ni pensamos que existe un lugar desde donde se maneja nuestra inteligencia, para mucha o para nada.

Por eso, es buena idea abrir la puerta del mundo sutil que habita en nosotros y leer el macrocosmos en el microcosmos y a la inversa, cuestión que, desde la antigüedad, todas las culturas de oriente hasta occidente practicaban y, por eso se las suele calificar de sabias más que de inteligentes, que también.

¿Podemos decir hoy que nuestra cultura occidental es sabia, o es inteligente? Yo apuesto por decir que es “inteligente” sustentada en el método científico, en el saber de la ciencia y hasta ahí llega, porque o bien estudia el macrocosmos o bien estudia el microcosmos, al ser humano. Ambas cuestiones jamás se integran, no se sincronizan, pertenecen a “departamentos” diferentes.

Y lo mismo decimos de los hemisferios cerebrales, hemisferio derecho e izquierdo. ¿Cuál domina? ¿Se es más inteligente con predominio de uno sobre el otro? No, se es más inteligente integrando ambos hemisferios cerebrales.

José Luis nos Enseña a integrar siempre ambos hemisferios cerebrales, a integrar en nuestro psiquismo el lado hombre y el lado mujer. Nos Enseña a pensar con las Coordenadas Metódicas siempre y nos Enseña a leer el Universo, porque es “Uni”, con una misma lógica, que es la lógica del Universo, la Estructura, y que Metodizó en los 11 Pasos del Método de la Magia.

Pensar Estructuralmente es lo que cada día nos hace mas inteligentes, como nos recuerda José Luis, porque lo estructural está en todo. Nuestro ADN, sin ir más lejos, es estructural.

Este año tuvimos la fortuna en Europa de asistir presencialmente al Plenario Holográmico Internacional Estructural y Literario (PHIEL) que José Luis brindó en Barcelona, cuyo titulo, “La Divinidad como Paradigma de la Nueva Era” encendió la curiosidad de propios, los integrantes de la Escuela que participamos, y de extraños.

Además de otras muchas cuestiones, recorrimos el dialogo mas hermoso, el diálogo entre la Divinidad y el humano, en un Texto Sagrado, antiquísimo, que para sorpresa de todos no se lee, sino que se canta. Es el Bhagavad Gita, escrito en sánscrito, con dos métricas, dos usos, y música. Es precisamente el canto lo que sincroniza ambos hemisferios.

Estructural es este Plenario por el que se nos Invita a apoyarnos en un Paradigma infinitamente superior, la Divinidad, que al estar en lo más alto de la pirámide, incluye la Iniciación y la Magia, y lo digo en presente porque no es algo que “recorrí, escuché y ya está”. ¡Nooo! Este Plenario inició muchos meses atrás del día de su presentación y es una invitación a entrar en un Viaje cuya Decisión es de Uno en Uno.

 

Iris Roselló