Si bien muchos los momentos y situaciones en las cuales es posible identificar la muy afinada Inteligencia Metódica de JL en los Viajes, voy a referirme más que a “Un Viaje”, a algo que veo de similar en lo diferente qué hace JL en los diferentes Viajes de Enseñanza y que refiere a la “Preparación del Viaje”.
Para muchos seguramente ante la preparación de un viaje, lo más importante es atender y considerar las cuestiones habituales que, podríamos decir, son todas en lo denso, como la compra de pasajes, el dinero para el viaje, la ropa que voy a empacar y quizás también las actividades que voy a realizar. En general para preparar estas cuestiones, acudimos a las herramientas que los “viejos paradigmas” nos proponen; es decir ante las cuestiones financieras, planificar los ahorros o tomar un préstamo; o entre las actividades que voy a realizar, ver qué es lo que la “agenda cultural” de la ciudad dice que hay que hacer. Y así sucesivamente, haciendo en definitiva del antes, durante y después del viaje, lo que la gran mayoría hacen.
Por eso también ante las situaciones que se presentan en el viaje, acudimos a respuestas que brindan esos mismos “viejos paradigmas”, pues si se hace la compra de un pasaje aéreo y al llegar al aeropuerto el vuelo está retrasado, seguramente las alternativas disponibles serán quejarse con la compañía, recibir un reembolso, o a lo sumo una bonificación por el retraso.
Recorrer los Viajes de Enseñanza con JL y recibir también en las transmisiones de esos Viajes lo que JL hace en lo que hace es un privilegio único, en el cual es posible notar la Inteligencia Metódica con la cual JL se prepara y asimismo realiza los Viajes de Enseñanza. Nada tiene que ver con lo que realiza la “manada”.
Semanas previas al Viaje, incluso meses, JL siempre mira hacia “lo que no” y muy particularmente hacia “lo que no” del Viaje anterior (aunque el análisis no se limita a la situación puntual anterior, sino que es un análisis constante): esas cuestiones que, como el Método advierte, retornarán al siguiente Viaje por lo no tomado en el anterior. JL se encarga semana tras semana, día tras día, previo al Viaje, en dar “Respuesta” en cada lugar que “eso” intenta aparecer nuevamente, y con “Respuesta” me refiero a bloquear la actuación de “eso” que el yo trata de meter tanto afuera como adentro -es decir, en la actuación de uno mismo o cuando otro intenta encarnar esa misma falla-, y entonces ante el automatismo, toca meter el Golpe Propio, la direccionalidad al Adónde de Guerrero.
Si por ejemplo en un Viaje, una de las cuestiones no resueltas fue la separación en lo denso cómo solución, JL bloquea a 11 manos todo tipo de separación en lo denso que intente instalarse en todo tipo de contexto dentro y fuera de la Escuela; y además tiene la profunda amabilidad de Enseñarnos, dirigiéndose a su propio Adónde, gracias a eso que él hace y nos exhorta a que también nosotros nos preparemos para cada Viaje.
Entonces prepararse para un Viaje toma menos tiempo y menos desgaste; y además logra conseguir cuestiones mucho más elevadas al mover el terreno de los Sutil. Entonces también cuando durante el Viaje se presenten las diferentes situaciones, la Respuesta a cada uno de esos hechos es mucho más eficaz, o incluso ni siquiera lleguen a presentarse esos obstáculos, gracias a esa Preparación del Viaje. Ante el retraso de vuelos, como tantas y tantas veces ha sucedido, el único vuelo a tiempo de horario es el vuelo de la Enseñanza, por nombrar solo un caso. Es hacer entonces, a pura Inteligencia Metódica, que la preparación del Viaje sea un Viaje Interior.
Mauricio Moore Velázquez