Olga, nombre que sabe a Regalo.

Es por esta razón sonora que vinculo mi escrito a Eso: a un momento de regalo, a un momento festivo, a un momento Olga.

Cuando en 2015 en España celebramos los 10 años de La Escuela en Europa, Olga vino de Argentina. Era histórico, el momento y que Olga viniera. Ya tenía sus añitos y aún así Olga tomó su avión, cruzó el Atlántico y estuvo presente en el festejo.

La tarde en que decorábamos el salón también fue la tarde en que traían el piano con el que haríamos los momentos de Canto. Era un salón enorme. Recuerdo que Olga vino a ver cómo andaban los preparativos. A mi me dio un poquitín de miedo. Pensé: uff seguro que falta algo y ella se da cuenta. Y así fue: ese Algo en Olga fue…que faltaba el piano, bueno, mejor dicho: un tipo de piano.

Olga llegó al salón justo cuando Vicen, a quien alquilamos el piano, estaba afinando el instrumento. Entonces lo dijo: Ese piano tendría que ser un piano de cola.

Yo me había encargado de localizar el instrumento y vi peligrar mis hazañas. Me dije: nooo, este es ese famoso momento catastrófico en que cuando todo está perfecto llega alguien que ve que no está perfecto lo que parecía perfecto y…entonces se viene todo abajo.

Así es que me puse cerquita de su silla diciéndome a mí misma: ahora en un pispás la convenzo y todo sigue tranquilito.

Ella ocupaba un punto central de la sala aún vacía de gente. Se había sentado ahí, como una vigía en el mástil, oteando el “olguizonte”, divisando que todo estuviera en su sitio. Entonces le dije: Olga, es que eso ya lo hablamos y no podía ser un piano de cola. Era carísimo y este piano que hoy tenemos es muy bueno.

Así de tontamente quise zanjar la cuestión.

Mi argumento de mercachifle no le convenció. Ella seguía diciendo: un piano de cola es lo que tenía que haber. José Luis tendría que tocar en un piano de cola en este festejo.

Salí de puntillas ante su contundente, incesante afirmación mientras ella seguía mostrándome que JL merecía la mejor de las categorías con las que hacer sonar música y celebrar.

Las veces siguientes, cada vez que hice los trámites para alquilar ese mismo piano, una de las señas de reconocimiento con Vicen era: “ahhh, los de la señora del piano” o “sí, en ese mismo hotel donde aquella señora se enfadó tanto porque el piano no era de cola”. Se puede decir que “al hombre del piano” se le quedó muy grabado el carácter de Olga y es que cuando se trataba de que JL disfrutara tocando el mejor piano, ella mostraba toda su energía, innegociablemente.

Con el tiempo, comprendo mejor…o quizás imagine, qué clamaba Olga cuando en aquella ocasión decía que JL merecía un piano de cola. A través de la danza sonora (Olga/Cola) ella mostraba incisivamente lo mucho que quiere a JL…y esto no es imaginación mía. Porque cuando JL hace una de las cosas que más le gusta y disfruta hacer, tocar piano, Olga está ahí…Olga Quiere estar ahí, junto a él, en cada ocasión.

Comprendo que esas palabras: JL tiene que tocar un piano de cola… eran su peculiar manera de mostrarle su Amor, de Amarlo, también en los momentos de Disfrute; su gesto cariñoso de decirle a JL cuánto lo quiere y de agradecerle los muchos años de Análisis donde su significante ha sido el hilo de Ariadna sonoro con que encontrarse a sí misma…conducida en cada situación por José Luis Parise que nunca le soltó la mano Analítica.

Y es así que Cleopatra (así le oí que JL la llamaba en el tiempo en que viajamos a Egipto) gustaba de sentarse cerquita del piano. En los días de inicio de 2020 la vi muchas noches ahí, a la derecha, pegadita al piano negro que por entonces había en La Sutil. Junto a la caja de resonancia, pareciera que Escuchara la Guía: Olga, Oiga…Guía con la que conectar con su Analista…también entre canciones.

Ahora, Olga, te hablo a Ti. Y te cuento algo, un secreto, para que cuando tomes tu silla y te acerques al piano y reclines tu cabeza dulcemente sobre el instrumento en las noches de Encanto…sepas que…aquel piano, ¿te acuerdas?, ese que no es de cola…aquel Yamaha de España…resulta que está en La Sutil, que ha viajado desde España a Argentina, que JL le tomó un cariño especial y que Marcela se lo ha regalado por Su Cumpleaños 2020.

Y ahora, cada vez que se afine, será posible escuchar tu Voz diciendo que JL merece tocar música en el mejor piano del mundo.

Y es que aquella cola que faltaba…imaginemos, aprovechando que andas por mundos sutiles, ingrávidos, gentiles…bien podemos decir que es la Cola de tu ballena, de Tu Aliado, con quien desde un nuevo tiempo, recorres universos, amplificando La Enseñanza que llevas atadita en tu corazón.

Sí, Olga, en plena cuarentena aquel piano sin cola ha cruzado el Atlántico ayudado por la Cola de tu Aliado de Poder que es también tú misma.

*Nota: al término de mi escrito, fui al mercado…y el guiño amoroso de Olga respecto de lo que cuento se hizo notar. Aquí las fotos que en hermosa Casualización dicen del hilo que nos mantiene unidos en Enseñanza, más allá de esta vida.

– foto de sal marina que se llama La Ballena…donde además se incluye mi significante “fina” y el dibujo de La Cola de una Ballena !!

– al salir del mercado fui a un bar llamado Habibi, palabra árabe que se usa para llamar a alguien que quieres. En la servilleta, el significante Piano !!!

 

Josefina Aguilar