Ante la oportunidad de este número homenaje a Olga fue infinita la cantidad de Momentos Vividos junto a ella que se me vinieron a la cabeza.

Momentos alegres, tristes, de mucho aprendizaje, álgidos, divertidos, de enojo, sagrados, cotidianos y podría seguir enumerando hasta la eternidad.

Olga me acompañó en mis comienzos como secretaria de la Escuela, me enseñó su manejo iniciático de la economía hogareña -y esto no es broma, pero ya conté esa simpática anécdota en otra oportunidad-, me fascinó con sus historias sobre la vida aventurera que llevó y compartió conmigo todos sus Secretos por los cuales se sostuvo en Enseñanza hasta el último de sus días -y más Allá!-.

Olga me Enseñó que en JL hay un Maestro que admirar y que al mismo tiempo hay una persona a la cual querer muchísimo. Y para Olga ese era el click, ella te empezaba a querer cuando veía que querías a JL.

También discutimos infinidad de veces. En algunas cosas éramos absolutamente idénticas, como ella misma lo cuenta en su libro y como la Enseñanza lo muestra: no nos peleamos por lo diferente, sino por lo idéntico. Pero Olga me llevaba la gran ventaja de los muchos años que ella ya tenía Recorridos. Antes había sido peleadora, contrera y enojona igual que yo. Ahora, en cambio, sus años de Viaje Interior también se plasmaban en su templanza y candidez, aunque jamás perdió su costado ladino con el que siempre conseguía lo que quisiera.

Tan parecidas y cercanas éramos, que fui una de las pocas que la visitó en el hospital. Ella era tan coqueta que jamás hubiera permitido que alguien no muy cercano la viera en camisón. Recuerdo que a las dos nos pareció de lo más extraño cuando, por el tipo de cuidados que ella precisaba, tuvimos que charlar durante dos horas sin poder quitarnos el barbijo, lo cuál en este 2021 nos parece de lo más normal. ¡Y vaya que charlamos! Olga me pidió que le leyera los mensajes de la Escuela, algunos documentos que preparamos a raíz de lo que JL nos Enseña y me pidió que le redacte un mail para enviarle a JL. Porque así era Olga, se aferraba a la Enseñanza cada vez más.

Y se aferró a la Enseñanza, también al momento de emprender su Gran Viaje. Eligió el día, el momento indicado y esperó a JL y a Marcela.

Olga dejó este plano el 22 de abril de 2020, en un panorama mundial tan raro, como raro le había parecido a sus allegados cuando contó que se había encontrado con “un muchachito de blue jeans” que le Enseñaría Iniciación.

A causa de todas las medidas de distanciamiento social, recién pudimos algunos de nosotros más allegados, a fines de 2020 reunirnos para hacer el Ritual que en esos caso se realiza desde Iniciación.

Seguramente, otros Compañeros contarán mucho de ese día, pero yo voy a centrarme en lo que a mí, Olga siguió Enseñándome desde otros Planos, también ese día.

Como parte de ese Ritual, en un momento muy especial, comenzamos a realizar un Oráculo, en el que el Referente era muy claro: Escuchemos lo que Olga tiene para decirnos.

Por supuesto que para eso utilizamos su libro. Y cada uno, en distintos turnos, fuimos abriendo por azar en diferentes páginas y leyendo lo que esa página nos mostraba.

Cuando tocó mi turno, fue más que claro que la página hablaba de mí. O, mejor dicho, la página me hablaba a mí.

Aunque esto que cuento no pretende ser autobiográfico es necesario aclarar que, desde mis primeras Sesiones de Análisis con JL, se me muestra lo no resuelto en mí respecto del “como”. El como que puede entenderse como diferentes cuestiones según las áreas y registros en los que se lo piense: la forma, la comida, lo materno, la imagen, el “como si”… por nombrar sólo los más evidentes y significativos. Mi Viaje Interior, radica precisamente en eso: atravesar y tomar el Como.

¿Con qué creen que empezaba el párrafo que Olga me señaló desde el más allá? Sí, ¡eso que pensaron!: de “bizcochuelos” -comida- y “maquillajes” -la imagen-. El impacto de todos los que estábamos ahí fue muy grande, al punto tal de que, aunque ya habían pasado algunos turnos, JL señaló que en ese Momento verdaderamente había empezado el ejercicio. Olga me recordaba con total precisión aquello de lo cuál depende Mi Viaje Interior, es decir, Mi Vida.

Luego de eso, se sucede un turno más, y llega el turno de Maggie. Maggie es otra Compañera a quien quiero mucho y de la que podría contar un montón de anécdotas compartidas, pero ahora no es el momento. Lo importante en este punto es que JL nos ha mostrado infinidad de veces a Maggie y a mí, que si bien en la forma parecemos totalmente diferentes, ambas padecemos del mismo problema. Al punto tal de que en Intervenciones Analíticas y también muchas veces en broma, JL nos llama la “Como Sí” y la “Como No”, mostrando que en las dos lo idéntico irresuelto es todo lo relativo al “como”.

Pues bien… ¿adivinen qué página le surgió a Maggie por Azar en su ejercicio? ¡sí, exactamente la misma que la mía!

Y con esto Olga mostró el Nivel de Maestría, Precisión, Fuerza, y sobre todo Iniciación, desde el cuál nos estaba hablando también ese día.

Olga nos Señalaba la importancia de la Intervención, la Importancia de lo que se Recorre en Análisis y la imperiosa Necesidad de Atender, de Recibir, y de Aplicar aquello que nos es Aportado en Enseñanza, especialmente en Niveles Analíticos, más allá de los gustos o disgustos que eso le provoque al ego.

Olga mostró ser, en ese Acto, una Aliada Eterna.

 

Carolina Andrea Malatini