Soy parte del Equipo Alumnit@s desde el inicio del proyecto, y uno de los aprendizajes más poderosos que me ha brindado el proyecto, es considerar qué cuestión también me llevo yo en lo particular con lo recorrido en el proyecto.
Alumnit@s me ha enseñado a poner mi interés en las nuevas generaciones y en que éstas aprendan lo mejor de las “generaciones anteriores” y no lo peor, ya que aprender lo peor de las generaciones anteriores, es lo que usualmente hace la humanidad en automático.
Esto es muy evidente también en el deporte, pues es fácil notar cómo quienes ingresan a nuestro club deportivo, rápidamente aprenden los “vicios” de las generaciones anteriores; enojos, maltratos y en general las cuestiones que los mayores hacen, son rápidamente transmitidas a nuestras nuevas generaciones.
Este año, uno de mis propósitos en el Club fue trabajar con las nuevas generaciones, es decir, con los deportistas de la categoría juvenil, quienes retomarán cuestiones que han sido factor diferencial de nuestro Club a lo largo del tiempo. Tuvimos la hermosa posibilidad de competir en el primer Panamericano Juvenil de la historia en Costa Rica.
El reto se hizo aún mayor cuando nos enteramos que los demás equipos llevarían a sus seleccionados nacionales, mientras que nosotros competiríamos con nuestro Club local.
Sin embargo, nos propusimos estimular, continuamente, la importancia de considerar las cuestiones sutiles en cada quién y muy especialmente la “Valorización” entre cada uno de los deportistas. Esto lo hicimos implementando que al final de cada partido los deportistas valorizaran a sus compañeros, según lo vivido en el partido; y que al final de la Jornada, cada deportista contara también sus anécdotas del día narrando, también, lo que valorizó durante el día.
Aunque perdimos contra la selección de Canadá en la primera ronda; luego, contra todo pronóstico, en un partido totalmente mágico, clasificamos a la final del Panamericano Juvenil.
Las emociones inundaron al equipo y nuestras charlas, al finalizar el día, siempre siguieron la propuesta que hicimos en torno a la Valorización de lo que cada quien hicimos, en donde uno de los factores fundamentales fue mostrar que, usualmente, pretendemos resolver nuestra realidad moviendo cuestiones en lo “denso”: el entrenamiento, la preparación física, la técnica; pero que muy pocas veces prestamos atención a las cuestiones “sutiles”: las que son más penetrantes y que mueven el universo “denso”. Tal cual funciona el universo; pues parafraseando a JL: “el viento (sutil) mueve el árbol (denso), sin embargo el árbol no mueve al viento”.
Llegó entonces el día de la Final del torneo contra Canadá, y esta vez, luego de una batalla campal y de llegar a “gol de oro” contra ese rival aparentemente invencible que nos había ganado en la primera ronda, aferrados a las claves que nos enseña la Enseñanza, logramos vencerlo y obtener, inéditamente, el primer lugar el Panamericano Juvenil con nuestro Club.
Hoy, esta victoria es una anécdota que perdurará en cada uno de quienes vivimos ese viaje, pero más importante es el aprendizaje que nos dio esa experiencia, pues cada deportista, muy seguramente, conservará en su recuerdo las claves que utilizamos para lograr tan impredecible victoria: y fue atender a valorizar.
Una clave que cada quien podrá coleccionar en el Matema fundamental es que “Lo Sutil, Mueve lo Denso”.
Mauricio Moore