El Secreto de la Pyrámide
PASO VI – La Magia de La Energía
El Viaje, debía entonces Continuar.
Y para que El Viaje continuara, había que decidir A Dónde dirigirse.
Teníamos la inmensa Alegría de haber Logrado Sembrar la Pyrámide con las Semillas de Energía…
Y lo que en los Primeros Pasos, era una Posibilidad: decidir “si podríamos Hacer Algo Más”… ahora era innegociable.
Poco más de Un Año atrás, Otra Pyrámide, La Magnífica y Grandiosa Chichén Itzá, aceptaba darnos una Partícula de Su Infinita Energía cuando en Plena Inbocación, una piedra que estaba bajo nuestras manos apoyadas en el piso, se partió y desprendió… y comprendimos entonces, que Eso era para Nosotros.
Como Ayny, empeñamos Nuestra Solemne Palabra de que Esa Piedra –que de pronto se transformó en dos: una de mayor y otra de menor tamaño… como el Cóndor y el Águila-, iría nuevamente a La Pyrámide cuando Nosotros Alcanzáramos Eso que, precisamente en Ese Momento, Inbocábamos bajo el formato de Película.
Y Eso que, precisamente luego de Ese Verano… finalmente tuvimos que darnos cuenta de que ya habíamos alcanzado… y sin depender de La Realización de La Película… gracias a haber Ampliado tanto y tanto Nuestros Circuitos.
Ampliación de Circuitos que entonces hacía Armónico que “esa misma Piedra” alargara también Su Circuito y “Volviera sin volver” a La Pyrámide… llevándola con Nosotros y depositándola… no ya en Chichén Itzá, sino en la mismísima Pyrámide De Kheops.
Y si La Gran Pyrámide acepta tal Ofrenda, Esta Enseñanza estaría Uniendo en Lo Sutil Tiempos y Espacios como sólo conocíamos que hubiera sucedido en Relatos Mitológicos… y concreta y conmensurablemente estaría Anudando en Lo Sutil Eso que, según Las Profecías, debe Unirse en lo Denso:
El Cóndor y El Águila de Los Andes…. Integrándose al Halcón de Horus.
Tal como Una Vez Se Integraron para Nosotros anunciando Nuestra Llegada a Machu Picchu.
El Viaje había finalizado ante Una Puerta…
…O al menos “eso” creíamos cuando Agradecidos atravesábamos ahora nuevamente La Puerta de La Gran Recámara, luego de habernos tomado unos minutos más para buscar alguna Nueva Piedrita… que por muy meticulosos que fueran nuestras manos transformadas en Péndulos, no logramos encontrar.
Con Agradecimiento Reverencial y la Energía Reverberando aún en Nuestros Pocpos y Nuestros Cuerpos, atravesamos por fin la Puerta, prometiéndonos que cuando retornáramos a Esa Recámara, sería habiendo Avanzado conmensurablemente en Eso a lo cual nos dirigimos en La Vida.
Dejamos atrás a los ocasionales y ruidosos compañeros…
…O al menos, “eso” creíamos, dirigiéndonos a Encontrar Adonde poner la Piedra.
Sabíamos que si aparecía el Lugar indicado -sin que guardias, cámaras o turistas lo impidieran- significaría la Aceptación de una Ofrenda hecha desde una Enseñanza que, de este modo, participaría para Siempre de la Energía de las dos Pyrámides más grandes del planeta… y de Su Integración.
Nuevo Tramo que significaba Elevar el Nivel Adonde nos Dirigimos en este de por sí Elevadísimo Viaje.
Y como Enseña La Enseñanza, basta tomar tal Decisión para que La Energía se incremente y refine… y en consecuencia, la Magia fluya y la Simetría vuelva a hacerse Presente:
Fue suficiente dar unos muy pocos pasos “fuera” de la Gran Cámara, para darnos cuenta de que “simbólicamente” bastaba Elevar la vista para encontrar El Lugar:
Sobre Nuestras cabezas, a un par de metros de la entrada ala Recámara, una especie de entretecho fuera del alcance de las cámaras, era el Lugar exacto.
El Lugar donde, por fin… El Águila y El Cóndor encontrarían Su Morada en La Tierra del Halcón.