Esta es una gran oportunidad para compartirles lo que fue el inicio de mi primer Viaje en Enseñanza a Machu Picchu, tierra donde residen los Q’eros; sumos sacerdotes descendientes de la realeza Inka.
Desde ya que hacer el Viaje había implicado muchas decisiones, aplicación de los 11 Pasos, circuitos que en mi vida jamás había hecho, pues era la primera vez que Viajaba en Enseñanza y al exterior del país.
Una vez hechos esos circuitos e iniciado el Viaje, Inició una nueva etapa en mi vida, ya que fue la primera vez que tuve la oportunidad de convivir muchas horas del día con dos Maestros como JL y Marcela, así como también con los Compañeros que también viajaron. ¿Y qué implica eso? se estarán preguntando. En principio implica contar con las personas más Aliadas en este universo, que me muestran transparentemente desde donde hago cada cosa que hago. Como sucedió desde el primer día en que junto a mi mujer, que también se incluyó en el Viaje, casi perdimos el viaje en la camioneta que nos trasladaría desde el hotel, hasta la estación de tren. Nos habíamos quedado dormidos. Eso no nos ocurrió una sola vez, sino más de una. Lo cual, aunque para muchos podría pasar como un simple hecho anecdótico, a nosotros nos permitía reconocer, gracias a las intervenciones Analíticas de JL, que lo que estábamos actuando tenía un claro nombre: adonde del otro; creerse excepcional.
¿Qué significa esto? Que referente que se nos situaba, referente que inmediatamente nos salteábamos mi mujer y yo, ambos por igual.
Cuando por primera vez en tu vida puedes reconocer que ese problema que se te manifiesta reiteradamente, tiene una lógica, no es algo aislado ni fortuito, y además te interesas en descubrir -como nos exhortó inmediatamente JL a realizar en constante Lectura Implicativa- desde donde es que repites esa falla que se reitera… se Inicia un Viaje… el Viaje Interior.
Ese Viaje Interior implica decisiones como las que tuve que tomar en el momento, haciéndome cargo de que exceptuarse de los Referentes efectivamente es un problema y que no podía volver a permitírmelo. Así, cada tramo que hicimos fue inolvidable, fue escalar una montaña Sutil, mientras hacíamos el Kamino para subir a Machu Picchu. Cada Referente que yo respetaba lo tomaba como una Victoria hacia mí mismo y por sobre todo, como agradecimiento y respeto a las Intervenciones de quien me abrió los ojos y me hizo ver lo que si no hubiese sido por Ese Viaje de Enseñanza, jamás hubiese visto.
Lo que tuve que atravesar en el primer tramo de tan Valioso Viaje, me abrió las puertas a Recorrer junto a JL, Marcela y Compañeros, la imborrable noche a la luz de las estrellas en Machu Picchu inaugurando lo que hoy en días es ya el libro A.M.I. (Anécdotas de Magia Iniciática), haber Recorrido juntos los lugares Sagrados de la cultura Q’ero, haber participado de situaciones absolutamente desafiantes, vibrantes, disfrutables, divertidas, emocionantes, a las cuales únicamente se accede con un Pasaporte: ¡El Viaje Interior!
Muy atentamente,
Gabriel Esteban Martinez