En Enseñanza recorremos momentos diferenciales; momentos únicos en los Más Altos Niveles de Exigencia que son para Quienes Deseamos Estar a la Altura de Eso que Recorremos.
El Mago Conecta lo que sí y lo que no, hacia Unificar en un Lugar Superior.
JL Parise, es el mejor Mago aliado que tengo la fortuna de Entramar en mi vida.
Hace unos meses, gracias a ir al encuentro del Cuadrado Mágico —así es como nombramos cariñosamente a JL, Marcela, Thomy y Luzyo— con motivo de una actividad introductoria por la que JL y su familia viajaron desde Buenos Aires a Madrid a finales de 2018, decidí tomar la oportunidad de ir a un parque de diversiones junto a ellos.
Ocurrió que, luego de subir a una atracción, tuve fuertes dolores de cabeza.
En ese mismo momento, Marcela primero me mostró que lo que habíamos estado hablando más temprano, me había afectado visiblemente y me recomendó seriamente que fuera a ver a un especialista, considerando que años antes yo había tenido un derrame cerebral. JL también me orientó haciéndome ver varias cuestiones y también orientando a que urgentemente viera a un médico.
Gracias a lo que ambos me Aportaron, me hice los estudios convenientes en tiempo plasmático, como lo llamamos en Magia cuando queremos decir que algo se plasma más rápido que lo que dice el tiempo lógico, pues estudios que normalmente tardan hasta más de 6/8 meses en realizarlos, yo logré que en menos de un mes me los realicen. Además logré que me atienda uno de los neurocirujanos más destacados de España. Todo eso, Gracias a Aplicar Enseñanza.
Por pura Casualidad -pues el síntoma ocurrido en el parque había sido absolutamente fortuito- se desocultó que yo había generado un quiste en el cerebro, producido por un derrame, ACV, que estaba “pegado” a un cavernoma.
El neurocirujano me dijo que había que realizar una intervención quirúrgica lo antes posible.
Si yo no hubiera estado allí, junto a las personas que más me Enseñan en mi vida, eso habría quedado oculto y habría sido terrible, porque, en lo aparente, no había síntomas en mí que me avisaran de eso.
Cuando le Comuniqué a JL lo que me dijo el neurocirujano, JL, desde su afinadísima Escucha Analítica, me hizo Orientaciones e Intervenciones en unas horas que Develaban toda mi encarnación.
JL Develó toda mi vida con precisión y eficacia, brindándome “claves” Desde donde mi Vida o mi muerte, dependían desde ese momento, de la Respuesta que yo diera: Vida o muerte, literalmente.
Unos días antes de la Intervención quirúrgica, JL y Marcela, que Iniciaron una nueva etapa residiendo en Barcelona, me invitaron, junto a otros Compañeros, a que recorriésemos la primera Reunión de Supervisión en Europa —una de las actividades semanales que celebramos en la Escuela— desde su nuevo hogar en la capital catalana, -Adjunto foto del momento-
El amor de JL por todas las personas que Recorremos Enseñanza es Único y eso quedó evidenciado en que luego de esa Reunión, nos propició un Momento Más Allá de lo Prepactado —el nivel de actividades iniciáticas más alto y exigente que brinda la Escuela— en el que, Considerando la intervención quirúrgica que me realizarían en lo físico, JL me Realizó una Intervención Sacerdotal, es decir, Sutil.
Indicó primero que todo lo que podría realizarse esa noche estaba limitado por lo que yo no había realizado durante las reuniones previas -pues no había dado los Pasos que por Método sé que tengo quedar-. Lo Sacerdotal está determinado por el Guerrero, y si no hay combate Guerrero ante el yo —ese cúmulo de condicionamientos automáticos que nos inculca la familia, la sociedad… para ser parte del grupo—, lo Sacerdotal no tiene eficacia. Sin embargo, JL anunció que él sí iba a dar todos los Pasos que tenía que dar y que me brindaría la ayuda que él había aprendido, pues él sí aplica en sí mismo el Guerrero siempre.
JL se retiró de la sala e indicó que iba a tomar unos minutos en los que prepararse para el Momento. Se llevó consigo la copa de vino que aún contenía algo de lo que no había concluido de beber durante la cena. Al regreso, traía una camiseta diferente a la que había llevado durante la Reunión. Esta era de color rojizo caldera y al frente lucía la silueta de un águila. Más adelante entenderíamos el porqué de su elección.
Desde su entrada, lo vimos Considerar con exactitud todo lo del lugar. Apagó las luces del salón, cerró las ventanas, corrió las cortinas, prendió tres grandes velas y las colocó con sutileza y en silencio en lugares precisos de la mesa. Solicitó que hubiese también una o tres copas, más algo dulce, en cantidad de 3, y me Invitó a que “ConBocara” en ese momento a mis Aliados de Poder. Les dijo a quienes también estaban allí que, si así lo querían, “InBocaran” también a sus Aliados de Poder.
Se respiraba una contenida presión que por segundos nos implicaba a cada uno en algo trascendente que JL conducía adoptando un Semblante acorde a todas las fuerzas universales. Parecía contener en sí todo el orden de los mundos y la acechanza de estar ante la vida y la muerte en sus máximos y más arriesgados límites.
Su rostro se volvió agudo y ancestral, chamánico, antiguo. Sus ojos se intensificaron conteniendo toda las fuerzas del universo. Se hizo de la Simetría del cosmos… e incidió en Su Intervención.
En el Inicio, desafiante momento borde, donde el “yo” no tiene respuestas conocidas, JL, situado exactamente frente a mí, me preguntó para Qué era ese momento. Respondí que Para Despertar Sanamente luego de la Intervención y que Eso implica Recibir lo que viene de JL —pues JL siempre brinda soluciones Iniciáticas, que el yo aborrece y que a mí me aportan Vida—. El momento Implicaba decidir Estar del Lado de Mi Vida En y Desde Enseñanza.
La Respuesta de JL, mirándome firme, decisivamente, fue:
¡Hágalo!
Mientras él repartía unos dulces y el cava, me repetía:
¡Hágalo! Si no lo hace ahora, no lo hará luego de la Intervención.
Yo no tenía “idea” de qué era lo que yo tenía que hacer y aún sin “saber” qué hacer, comí del dulce que me Brindó JL.
JL me miraba fijamente, con firmeza y, mientras sujetaba una botella en la mano, repitió nuevamente: Hágalo.
Yo, yendo más allá de lo que “sabía”, segura aunque temblorosa, extendí mi copa. Él me miró con mirada de fuego y yo sostuve mi copa y la extendí mas aún, recibiendo la bebida que él me estaba Brindando.
Es un inicio, dijo.
Él me dio a entender que yo ahí Sí estaba Recibiendo.
JL Invitó a que quienes hubiéramos convocado a los Aliados de Poder, si así lo quisiéramos, podíamos ayudar en ese momento.
Hubo nueva ronda de dulces y cava que nos Compartía JL y los pasábamos entre nosotros. JL indicó de nuevo que solamente tenía que haber 3 copas, pues no habíamos Respetado ese Referente.
Nuevamente me dijo:
Hágalo. Si no lo hace ahora, no lo hará después.
Yo estaba Realmente Conmovida. De mi Respuesta, de lo que yo Hiciera en Ese momento, Dependía Todo.
Dije que yo no daba Respuesta, que no hacía mi Combate ante el yo porque, si yo doy Respuesta, me Diferencio de lo familiar, me diferencio del “él” que está en falta, y si no doy Respuesta, tapo la falta en “él”.
Todas esas cuestiones las pude ubicar con claridad, Gracias a lo que oportunamente había despejado en mi análisis: en el apellido “Chiapella” -donde el inconsciente no diferencia entre palabra escrita y palabra hablada- el “él” y la “ella” están pegados, confundidos, mezclados, y eso es lo que desde lo Sutil mueve todos los hilos densos de mi vida y lo que, entonces, debo Resolver si Deseo ir más allá de ese lugar de niña que me ata a esa familia, si Deseo Vivir mi Propia Vida.
JL me dijo que lo nombrara a ese “él”.
Yo nombré a mi marido, a mi padre… y JL me dijo que no eran ellos ese “él” que yo nombraba. Me dijo que diera Respuesta.
Me preguntó: ¡¿Ante quién tiene que Dar Respuesta?!
Entonces, un bálsamo de agua fue arrojado por JL, sorpresivamente, sobre mi cara.
Inmediatamente se levantó de la silla, implicando todo su ser y desplazándose a una velocidad de felino que agitaba nuestra conmoción.
JL se situó detrás de mí, de pie ante el respaldo de mi silla. Me Exhortó nuevamente, diciendo: Nómbrelo. ¿Ante quién tiene que Dar Respuesta? y, como en un despertar, nombré: “¡Damián!”.
Emergió ese nombre de muy dentro de mí y lo hizo de forma muy diferente a como surgieron de mí las referencias a personas que había nombrado minutos antes. Ahí comenzó a ser extirpado algo dentro de mí que permanecía prohibido de ser nombrado.
De entre todos los nombres, ese es el nombre de quien en esta encarnación es uno de mis hermanos, el único de mis hermanos con quien comparto, desde hace años, mi Aprendizaje en la E.D.I.P.O. y ante quien, por un sin número de justificaciones del ego, jamás doy la Respuesta con la cuál poner un corte, un límite, entre ese “él” y esa “ella” confundidos.
JL había abierto antes su Mesa Sacerdotal, una bolsa especial que con distintas telas preparadas cuidadosamente por culturas originarias andinas envuelve las distintas piedras Sacerdotales que JL ha reunido desde el inicio de su Recorrido Iniciático.
Así pues, Inició una Intervención tomando dichas piedras Sacerdotales, de una en una y disponiéndolas sobre mi cabeza. Antes, las expuso ante mí, en la mesa y dijo:
No las toque, por favor.
Y las distribuyó considerando un Orden Oculto y Oportuno entre ellas. Las integró unas con otras en particular posición, tal como hace en Momentos Sacerdotales en los que Unifica Fuerzas.
Así es que las fue tomando y operando con ellas sobre mi cabeza.
En un momento, una de las piedras cayó al suelo, en mi lado izquierdo. Él la tomó y dijo:
No está dispuesta a dar Respuesta.
Luego, siguió sin cesar en Su Intervención, aplicando una Eficacia que era posible palpar. En el transcurso, hubo un momento en que pareció que nuevamente una de las piedras hubiera podido caer, pero no fue así. JL Intervino con rapidez deteniendo ese precipitado hacia el suelo y dijo:
Esta vez no ha caído. Todavía hay posibilidad.
Hizo Intervención brindándome palabras Sanadoras; Exhortándome a que yo Esté del Lado de Mi Vida, aplicando el Giro Peirciano, Desde Donde “sacar de mi cabeza” aquello que representa la “muerte”; dándome las Claves Desde Donde yo Estoy En y Del Lado de Mi Vida En, Desde y Gracias a la Enseñanza Iniciática!
¡Saque de su cabeza eso que nada más deja en su cabeza! ¡Saque de su cabeza eso que solamente está en su cabeza!, ordenaba JL mientras arrastraba las piedras sobre mi cabeza hacia el exterior.
Lo realizó 3 veces produciendo una profundidad creciente en su Voz.
JL entonces retornó a su lugar en la mesa, frente a mí, sosteniendo y diciendo nuevamente la frase, ¡Saque de su cabeza eso que nada más deja en su cabeza! ¡Saque de su cabeza eso que solamente está en su cabeza! imprimiendo con ella Eficacia, Contundencia, Dirección en lo que Pronunciaba y dio Cierre ahí.
Se retiró de la sala, dando las buenas noches y diciéndonos que no prolongáramos más el momento. Mis Compañeros y yo guardamos silencio, impactados. La conmoción se respiraba y ahora me tocaba a mí recibir la Vida que JL, en Ese Momento Sacerdotal me había Abierto a Vivir.
Este escrito lo he realizado en colaboración con Compañeros, tras esa Reunión, desde la habitación del hospital, horas antes de ingresar en el quirófano para ser intervenida, recibiendo la invitación de JL a que contemos lo que vivimos quienes participamos de la reunión y que hizo también a que yo me fortalezca y reciba aportes Analíticos con los que atravesar la prueba quirúrgica.
De todas las habitaciones que hay en esa área del hospital, cada una tiene una foto diferente de una casa emblemática de Barcelona. En mi habitación antes de la Intervención, como se puede ver en la foto adjunta ¡las Señales hablaban por sí mismas! El nombre de HERMES estaba escrito en la fotografía. ¡Nombre de quien es reconocido en Iniciación por el “Tres Veces iniciado”!
*Nota al Escrito. A los 3 días de la Intervención Sacerdotal:
Un día y medio después, me intervinieron quirúrgicamente. La operación fue un éxito en lo denso, porque ya lo había sido en lo Sutil la noche Sacerdotal que me brindó JL.
Como es posible ver en la foto de los horarios de transcurso de la Intervención, La Señal enorme de la hora de finalización es un número que en Enseñanza es doblemente Maestro.
Los médicos están sorprendidos de mi pronta y rápida recuperación. A los dos días me dieron de alta, cuando habían dicho que estaría casi una semana internada.
Los médicos no entienden cómo el cavernoma que me extirparon se había reducido al mínimo en comparación al tamaño que aparecía en la resonancia magnética realizada.
Dijeron que tardaría entre tres semanas y tres meses en “recuperarme” y que por unas semanas tenia que “estar en reposo”.
Como es posible ver en la foto adjunta, al 5to día de la intervención quirúrgica, además de que ninguno de los síntomas desagradables de los que me habían advertido se presentó, yo ya estaba en el parque, disfrutando de estar con mi hija!
Gracias a JL Parise, Gracias a la Enseñanza Iniciática que él me Brinda, ¡¡Estoy Literalmente Viva!!
María Florencia Chiapella
Colaboraron en el escrito: Josefina Aguilar, Marian San José, Ramsés Cabrera, Josephí Linero, Marc Beltrán, Laura Córdoba.